sábado, 29 de marzo de 2008

Acabo de leer en un periódico digital lo siguiente: "Llega la hora del Planeta", así, con mayúsculas. Al principio, claro está, he pensado que se trataba de algún supermegapremio de la Editorial Planeta. Algo tan sorprendente que dejaría el Premio Planeta en cosa provinciana. Pero resulta que de lo que se trata es del planeta Tierra. Parece ser que hay pensado que hoy 29 de marzo, a las 20:00 horas de tu franja horaria, se apaguen las luces de tu ciudad.
¿Alguien se imagina Madrid a oscuras? Y, ¿por qué a las ocho de la tarde? Si la finalidad es hacer algo simbólico, lo lógico sería a medianoche, cuando las luces de las discotecas están comenzando a subir la intensidad, y los bares están atiborrados de seres ávidos de cervezas y pinchos. Y si de lo que se trata es de ahorrar energía, también a las doce de la noche habría sido mejor que a las ocho de la tarde, ¿ya es de noche?
La noticia continúa, y nos cuenta que más de doscientos ochenta mil personas de todo el mundo, no de Madrid, sino de todo el mundo, se sumarán al acto. A esto hay que sumar más de veinte mil empresas que, como todos sabemos, trabajan los sábados, en plan estajanovista. Pero, ¿hay alguien que se tome en serio este acto? Porque seguro que es una broma, al fin y al cabo el uno de abril está cerca, y dado que cae en diario, tal vez...
Me gustaría saber qué pasaría en realidad si una Nochebuena todo Madrid, no diré ya todas las capitales del mundo, no, sólo Madrid, se quedara a oscuras. Apagón que te crió. ¿Qué haría el Corte Inglés? Podría suceder que, como ahora nos quieren concienciar, el ayuntamiento hubiera convencido a todos los empresarios para que, no sólo apagaran las luces durante una hora, sino que no abrieran ese día. De verdad, ¿os podéis imaginar el caos de esta ciudad? Yo no. Es más, creo que sería imposible. Si Madrid se caracteriza por algo, creo, es por ser bastante ácrata, al margen del color del gobierno. Por lo que me parece que nunca los madrileños escucharían las ocurrencias de un alcalde con poco sentido común y mucho progresismo.

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